domingo, 11 de agosto de 2013

Ooohhh, aaaahhh!!!

Día 11 de Agosto:

¿Cogemos este tranvía que nos lleva directos al muelle o seguimos las instrucciones del albergue para llegar? Por supuesto, en vez de aprovechar el Japan Rail Pass como recomiendan en el albergue, cogemos un tranvía directo, pensando que ahorraríamos tiempo por poco dinero, pero ni lo uno ni lo otro. A las 11 de la mañana en el embarcadero para coger el ferry a Miyajima, hay cantidad de gente equipada en plan dominguero, con las mismas intenciones que nosotros, pasar el día en la isla hasta que por la tarde-noche, empiece el festival de fuegos artificiales.

Al desembarcar, vemos que lo que en teoría es una islita tranquila, con pocos alojamientos, se ha convertido en el paseo marítimo de Torremolinos. Venga puestos de comida, venga tiendas de souvenirs, venga gente apostada en los mejores sitios para ver los fuegos. Aquí se sigue empleando la misma técnica de reserva de sitio que en Akita y Aomori, y nosotros sin nuestra lona de 100 yenes .. Menos mal que Grego, pensando en que al ir a una isla, tendría una playa donde bañarse, se ha traído una toalla. Habrá que apretarse, pero será suficiente.

Como en el paseo está la cosa imposible, bajamos hasta la playa y cogemos un cachito. Al rato tendríamos que volver a movernos porque la marea había bajado y ya no estábamos en primera línea. Es curioso ver cómo con la solana que estaba cayendo, cientos de fotógrafos equipados con toda su parafernalia, iban formando una línea de defensa ganando terreno al mar, metiendo sus trípodes dentro del agua, y aguantando allí de pie desde las 12 hasta las 19:40. Admirable. Yo puse la toalla y el trípode y no aparecí hasta una hora antes. Y allí seguía todo intacto.

Creyendo morir de calor, nos pusimos a la sombrita con los pies metidos en un riachuelo que cubría un dedo, donde el agua estaba como el pis, y por la que descendían de vez en cuando, ráfagas de cagadas de ciervo. Y es que en esta isla hay muchos ciervos. Como en Gibraltar los monos, pero aquí con ciervos que vienen a pedirte comida y al mínimo descuido te la roban (y si no que le pregunten a Edu y María, dónde acabaron sus rollitos primavera)

Viendo que los ciervos entraban al trapo siguiendo el rastro de comida, para entretenernos un poco y poder seguir refugiados a la sombra, Edu y Samu le dan unos pases toreros al ciervo, usando una bolsa con comida como capote. Lamentable espectáculo que a los japoneses les encanta y nos graban en video, nos sacan fotos.. Allí donde vamos somos la atracción turística.

El resto de la tarde la pasamos pasando calor y haciendo tiempo paseando por las calles atestadas de gente. Muchos van vestidos con kimonos, lo que viste un poco más las fotos del famoso Torii.

Por fin se hace de noche y empieza el espectáculo. En la playa y alrededores no cabe ni un alfiler. Edu dice que si llega un poco más de gente, hundimos la isla por exceso de peso.
Comienza la locución de una mujer. Creemos que está contando un cuento tras el que cada fragmento, se inicia una secuencia de fuegos artificiales.  Con los más espectaculares se oye un Oooohh, Aaahhh!! general.

Esto hay que verlo en fotos o en video, porque por mucho que lo trate de explicar, lo bonito no es leerlo si no verlo.
En cuanto acaba el festival, la gente emigra en procesión por el paseo para llegar hasta el ferry de vuelta.  Parece que nos están evacuando de la isla por algún tipo de brote maligno que nos convertirá en zombies si no nos vamos. Lo bueno es que los ferrys van muy bien y en 1 hora o así, ya estamos dentro. Para volver al albergue, otra vez la misma jugada errónea del principio cogiendo el tranvía caro y lento.
Después de el día intenso de calor, compramos algo de cena en el supermercado para irnos pronto a la cama, que mañana tenemos que volver a madrugar.


2 comentarios:

  1. Davi, mira!
    http://elpais.com/elpais/2013/09/09/gente/1378723289_810991.html
    Es más viejo que yooooo!
    Azquedozo.

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