lunes, 26 de agosto de 2013

The top of the top

26 de Agosto:

Ya es de día. La verdad es que no sé ni que hora es, ni si ahora nos toca desayunar, comer o cenar por 3era vez. Es curioso cómo se puede descentrar a una persona con sólo meterla en un espacio cerrado sin luz natural y dándole de comer cada poco. Pierdes la noción del tiempo y el espacio por completo. A parte de acabar con una pesadez de estómago....

Llegamos a Dubai. A la ida al llegar de noche no pudimos salir ni ver nada, pero hoy tenemos una escala de casi 7 horas y queremos acercarnos al centro a ver los famosos edificios de lujo.
Nada más salir hacia control de pasaportes ya se ve otro ambiente. Las mujeres que en el avión iban vestidas cual occidental, ahora iban tapadas de pies a cabeza. Se percibe una superioridad de los hombres tanto en el trato como en los gestos. La verdad es que no te hace sentir nada cómoda.

Desde la terminal del aeropuerto hay un metro que va directo hasta el Burj Khalifa. Para llegar hay que recorrer una pasarela cubierta que lleva hasta un gran centro comercial, "el centro comercial", el Dubai Mall. El centro comercial más grande del mundo, con todas las grandes marcas, cines, parque de atracciones, acuario, fuentes como las del Bellagio pero a lo grande, restaurantes y el acceso al famoso "At the top Burj Khalifa".

Son poco más de las 9:30 y las tiendas no abren hasta las 10:00 así que podemos ver el centro comercial casi desierto. Todos se suben al dichoso edificio, previo pago de 26 euros por persona. Yo, como soy la nota discordante siempre, según Samu, pues me quedo abajo. No me genera ninguna atracción el subir a torres altas y menos cuando lo único que se ve es polvo, arena y construcciones mastodónticas en mitad de la nada, como si fuera una ciudad fantasma. Me voy a dar una vuelta a las fuentes, aunque hasta las 13:30 no hay actuación así que aprovecho a hacerle unas fotos al edificio desde abajo. Imposible estar en la calle más de 10 minutos seguidos. Creo que al sol se rondarán los 30 y muuuchos grados y no son ni las 10 de la mañana. No me extraña que no se vea a nadie por la calle y que por todas partes tengan el aire acondicionado a tope.

Una vez ya bajan los amantes de los miradores, aprovecho que se quieren ir de tiendas para buscar algo de desayunar. No encuentro nada que me llame, la verdad, hasta que encuentro un supermercado con fruta, panadería recién hecha, leche fresca.. mmmm, qué rico todo!! También encuentro unos dulces árabes de esos empalagosísimos pero muy ricos, para llevar de recuerdo a los del trabajo.

Sin darnos cuenta se nos han ido las horas y ya tenemos que volver al aeropuerto.

Ningún contratiempo en la vuelta a casa. Llegamos a las 9 de la noche, cansados del viaje y con ganas de pillar la cama y comernos una tortilla de patata y un gazpachito bien fresquito.

Mua, mua a todos, ya quedaremos para pasarnos las fotos ehh!! Y ya. Se acabó el viaje. Se terminó la aventura. Volvemos a lo conocido, a la rutina. No habrá más trenes, ni más fotos, ni más ramen. Sniff, sniff ;(

Atrás dejamos a una gente tan maravillosa como peculiar. Un país por descubrir al margen de las grandes ciudades. Una naturaleza exuberante acompañada de tradición y respeto, cercada por la tecnología.

Ha sido toda una sorpresa para los sentidos. Una locura fotográfica. Una sensación contradictoria.

Todo el mundo me pregunta si lo recomiendo. Por supuesto!!! pero no por Tokyo ni por Kyoto, si no por Mami, Asusa, Yae, las personas que nos llevaron hasta los hoteles, las personas que nos atendieron en los restaurantes, las que nos recibían con una sonrisa en las tiendas.. por conocerles a todos ellos SI merece la pena visitar Japón.

Ha sido un placer :)

Hasta el próximo viaje!!

(Ahora empezaré a rellenar las entradas con fotos, así que tendréis que volver a revisarlas de vez en cuando, jijijiji)

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