lunes, 5 de agosto de 2013

Ya será, ya será..

Día 5 de Agosto:

Finalmente la habitación individual de anoche ha estado bastante bien. La cama incluso era de matrimonio. Se ve que a estos japoneses les gusta dormir bastante sueltos. El desayuno ya empieza a tener bastante poco que elegir tal y como nosotros entendemos el desayuno. Verduras crudas o frías, té sin azúcar.. nos salva una especie de mazacote de de tortilla francesa dulce con juguillo, y algún que otro panecillo. Mejor que nos vayamos acostumbrando porque las cosas dulces irán desapareciendo del desayuno a la misma velocidad que los trenes bala que cogemos todas las mañanas, y en su lugar vendrá anguila seca en salsa y pepino...

Hoy seguimos de festivales folklóricos populares en Aomori. Para llegar hasta allí, tenemos que volver a Akita, así que repetimos recorrido taxi + tren + tren + tren.


En uno de los trenes, Edu se hace coleguilla de dos ancianitos que se le han aparecido por los respaldos de los asientos de delante como si fuesen perros de la pradera. Con las manitas juntas, asomando sólo los ojillos y con cara de tímidos, pedían permiso para reclinar sus asientos. Ya iniciada la conversación (léase como conversación, una serie de movimientos de cabeza y expresiones como "aaahh", "yaaa", "jai jai", "oooohhh"), intentamos que Edu de unos pases de torero en el pasillo para que entiendan que somos de España, pero le entra la vergüenza y la señora mayor se queda sólo con el gesto de los cuernos del toro.
Antes de bajarnos para cambiar de tren por enésima vez, la señora se despierta para decirnos adiós y a golpes despierta al pobre de su marido para que también se despida de nosotros, jajajaja. Traduciendo del japonés al español, dijo algo como "Despierta Pepe, que se bajan ya los chiquillos!!"

Entre tren y tren, Edu y Samu prueban suerte en la máquina expendedora de bebidas, sólo que en esta ocasión no han sacado premio. El primer intento es un brebaje que vemos beber a todo el mundo, que a simple vista parece té verde, pero sabe a rayos, truenos, retruecanos y me atrevería a decir que a caca también. Puajjjjjjj. Aunque sea para quitarnos ese sabor de boca, en el segundo intento eligen una bebida que sabe a Frenadol y que debía beber SuperRatón para supervitaminarse. Vaya tino tienen estos eligiendo bebidas!! (Y es que de todos es sabido que lo de hacer la compra nunca ha sido el fuerte de los hombres, jejejeje)

Por fin llegamos a Aomori, una localidad costera al norte de la isla principal de Japón, ya casi tocando con Hokaido. A pesar de ser un día de diario, se ve a la gente bastante animada, e incluso horas antes de que empiece el desfile, ya van vestidos con la indumentaria propia de esta fiesta.

Cerca de la estación de tren hay un espectáculo de un chico con un mono amaestrado que es capaz de andar sobre zancos y dar mortales al mismo tiempo.. Ver para creer.






En la oficina de información turística nos explican el horario y recorrido del Nebuta Matsuri.
Hasta las 19:10 tenemos tiempo de sobra así que aprovechamos para comer en un restaurante que hay dentro del mercado de pescado.







Es un lugar donde se come sentado en el suelo sobre cajas de madera. Hay un escenario donde van a interpretar temas típicos del festival. ¿ A que parece guay ehh? Pues no. El sonido del instrumento japonés que parece un banjo pero con menos cuerdas es de lo más estridente y tras él, un sonido de tambores, platillos y flauta travesera, que te sobresaltan a cada nota. Con tocar una canción hubiera sido más que suficiente porque todas eran la misma!! y que a cada bocado te muerdas la lengua del susto que te pega el del tambor... no es muy agradable.

Por lo demás, la comida muy buena (quitando la babosa dura que venía en el plato de Samu) y el sitio muy curioso. Una vuelta por el mercado de pescado y empezamos el recorrido del desfile en busca de un sitio cerca de la primera fila y que a ser posible esté techado porque amenaza con llover.

No sé si comenté el sistema de reserva de sitio en este tipo de eventos, donde la gente planta una manta, esterilla, periódicos, sillas o incluso delimita una zona con cinta aislante y pone su nombre en el suelo y no aparece hasta momentos antes de empezar, sin temor a que nadie se lo quite. Como ya veníamos "resabíos" nos compramos una lona y la colocamos detrás de unas ancianillas que están en primera fila, pero al ser menuditas no ocupan mucho. Como nos ven de fuera, se vuelcan con nosotros, bueno, con nosotras, porque mientras María y yo reservamos el sitio, Edu y Samu están bien lejos para que no les relacionen con nosotros ya que les da vergüenza la maniobra... en fin... luego bien que se querrán sentar.

Plantado el huevo, nos vamos a inspeccionar la ciudad. La calle principal está llena de puestos donde venden souvenirs, comida para llevar y decenas de chicas vendiendo cascabeles (luego se entenderá por qué..). Samu y Edu que tienen vergüenza para lo que quieren, se compran unas telas que los participantes en el desfile se ponen en la cabeza al estilo "Daniel San" en Karate Kid, para hacerse una foto y quitárselas enseguida, no vaya a ser que alguien les vea.

Terminamos el paseo, dónde?... como no, en un parque, para dormir la siesta como buen español. Yo mientras aprovecho para hacer fotos a grupos de chicos que van a desfilar.
Volvemos a nuestro sitio preferente en la calle porque empieza el espectáculo!!!!!

El festival Nebuta es una mezcla de la semana santa, con las fallas de valencia y la cabalgata de reyes. No, ya en serio, consiste en que agrupaciones financiadas por patrocinadores de tiendas o marcas comerciales, construyen unas estructuras enormes hechas con papel, en el que representan a los dioses, personajes del teatro clásico japonés.. y que son llevadas por un grupo de personas que la mueven, la girar, la balancean.. al ritmo de la música de los tambores, platillos y flautas que les siguen. Al mismo tiempo, un grupo muy grande de personas, desfilan detrás de cada una, todos vestidos con la misma indumentaria, mientras van saltando a la pata coja al son de la misma canción una y otra vez.  Creo que en teoría dicen algo así como Raserá, pero nosotros lo simplificamos a "Ya será, ya será, ya se, ya se, ya será". A medida que van avanzando por la calle, animan al público para que les aplauda y regalan pai-pais de publicidad, galletas, y demás propaganda de las marcas que los patrocinan, junto con cascabeles que van dando a los niños, que llevan colgando de sus trajes. Nosotras, como no podíamos irnos de allí sin dar la nota, nos hacemos con la primera fila e imitando el baile de la pata coja, conseguimos que nos regalen un montón de cascabeles. Debemos ser muy pocos occidentales los que vamos hasta allí y les hace mucha ilusión vernos.

Como estábamos esperando, al final termina lloviendo así que recogemos y nos vamos al tren. El desfile ha estado un poco deslucido porque prácticamente todas las "cofradías" han sacado "al santo" tapado con plásticos.

Nos vamos cargados de cascabeles y pai pais a nuestro hotel en Hachinohe. No sé los kilómetros a los que estará de Aomori, pero como nos pasó en Akita, era el único alojamiento que quedaba en toda la provincia. Cogemos un tren local que tiene mil paradas, y en el que nos toca ir de pie por la cantidad de gente que va. En mitad del trayecto, un japonés intenta hablar con nosotros en inglés. Nos cuenta que también vive en Hachinohe, que dónde está nuestro hotel, que cómo vamos a ir hasta allí, que cuál es nuestra ruta por Japón... Como tenemos nuestra mente "typical spanish", la desconfianza es lo primero que nos asalta. Este tío, ¿por qué nos hace tantas preguntas? ¿nos querrá seguir? ¿nos querrá robar? ... Aysss, nada más lejos de la realidad!! El hombre sólo quería acoplarse en nuestro taxi porque le pillaba en la misma dirección!! pero como no cabíamos todos, cada uno por su lado.

Es algo curioso, cuando estás en un país así, te das cuenta las malas costumbres que tenemos en el resto del mundo y lo mal pensados que somos desde el principio con alguien que la única intención que tiene es ayudarte y ser agradable con el visitante. Deberíamos aprender un poco de la bondad, desinterés, educación y amabilidad que tiene esta cultura con respecto a los demás. Todos viviríamos más tranquilos.. (sobre todo yo, que ya no tendría pesadillas en mitad de la noche pensando que me están robando el coche por cuarta vez!!)

Ya por finalizar esta entrada, comentar la última anécdota del día. El hotel en el que estamos alojados no hablan ni papa de inglés, por lo que la comunicación con el recepcionista se hace de una forma un tanto "surrealista", por llamarlo de alguna manera. Imaginad, 4 españoles pegando voces al entrar en la recepción del hotel, que se acercan a la recepción y preguntan: "Do you speak English?" La respuesta es una cara inmutable. Bien, vamos a enseñarle los pasaportes y el nombre de la reserva. Bien, hasta ahí bien. Uff, espera, que se arranca con una parrafada en japonés. Nuestra respuesta, la misma cara que puso él, pero añadiendo el gesto de, "no entiendo ni palabra de lo que me estás diciendo". El chico decide usar un traductor por Internet, así que escribe en japonés, traduce al inglés y al español, copia las frases, imprime el documento con una frase y nos la enseña. Todo esto para que confirmemos que la reserva es para una noche para 2 habitaciones.

Siguiente frase, nuevo papel impreso para decirnos que (palabras textuales) "Esta mansión lo está pidiendo el arreglo de cuentas antes. El precio es 6800 yenes por la posibilidad." Nuestra respuesta, unas carcajadas. El chico no entiende nada de lo que pasa, nos dice el precio y nosotros nos descojonamos de él, jejejeje. Le decimos que sí, que todo OK y le doy la tarjeta para que me cobre las 2 habitaciones juntas. Pues allá que iba a imprimir otra hoja para darme el nuevo precio por 2 habitaciones. Cheeeee, paaaaraaaaa!!! que a este ritmo acabas con el amazonas en un momento con este gasto de papel. Le quito la hoja y le hago la cuenta a mano. Todo OK.
María se arranca a preguntarle en el papel si hay WI-FI, a lo que el recepcionista da la vuelta a la hoja y nos escribe un NO bien grandecito. Alé, mira como para esto sí que entiende..

Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8:15 para desayunar y salir pitando a Matsumoto.
















1 comentario:

  1. Según santa wiki:
    Rasserā (ラッセラー) es lo que gritan y parece que no significa nada, que es una especie de mantra.

    Envidiaaaaaaa

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