miércoles, 21 de agosto de 2013

El juego de los trileros

Día 21 de Agosto:

Qué torturaaaa!!! no he podido dormir nada en toda la noche. El aire acondicionado no llegaba hasta mi cápsula y no tenía aire nuevo que respirar. Por favor vámonos de aquí cuanto antes!!!
Hacemos una parada técnica en la sala común de recepción para ver qué visitaremos hoy. Comparte estancia con nosotros un lugareño en kimono y sin calzoncillos, sentado encima de una mesa con las piernas abiertas, que está tomando pastillas a la vez que le mira el culo descaradamente a una chica. Este sitio es todo encanto!! Vamonoooooosss yaaa!!! Ahora Samu se queda embobado jugando al beisball con un juego de mesa donde los muñequitos se mueven. Vengaaaaa!!!!

Esta experiencia "capsule" ha sido de lo peor, y esto deseando llegar al apartamento que reservamos por airbnb.com. Bueno, bonito y barato. Muy cerca de shinjuku y shibuya, en el barrio de Hatagaya. Allí es donde nos dirigimos para dejar las mochilas.

Cogiendo la línea circular de metro/tren para poder utilizar el Japan Rail, llegamos hasta Shinjuku donde cogeremos un bus que en 10 minutos  nos deja cerquita del apartamento.

Hacemos una ronda de duchas entre los que ayer no nos atrevimos a hacerlo en el hotel. Justo cuando era mi turno, decidieron cómo repartir los sitios para dormir. Somos 6 y sólo hay una cama de matrimonio, un sofá cama donde no caben 2 juntos, 2 futones para dormir en el suelo y un colchón hinchable. Resulta que se va a decidir por sorteo.. y ya da igual mi opinión porque son 5 contra 1, como viene siendo habitual en todo el viaje...Yo preferiría ir rotando ya que vamos a estar en la casa 5 noches, así todos tendremos oportunidad de dormir en la cama y no sufrir demasiado con el sofá y el suelo, pero bueno.. que si hay que cambiar las sábanas, que si hay que mover las maletas.. blablabla... ya no se acuerdan de quién les consiguió este sitio..  Después del sorteo: María y Edu cama, Sara y Grego sofá y Samu y yo suelo.

En fin, después de la bronca que no lleva a ningún sitio, nos fuimos a Shinjuku para subir a una de las torres del edificio del gobierno metropolitano. El acceso es gratuito. En ambas torres existen zonas de observación en las plantas 45 a 200 metros del suelo y unas chicas muy amables te hacen de guía para enseñarte qué edificios se pueden ver desde allí.
También se puede visitar de noche ya que está abierto hasta las 23:00, pero nosotros nos quedamos con la visita diurna y las explicaciones de la guía. Es impresionante ver cómo la ciudad parece no tener fin en el horizonte, que se pueda ver hasta el Fuji en días claros, que se aprecien las enormes extensiones verdes en medio de este mar gris de edificios...

Desde aquí, la próxima parada será el barrio de Shibuya, famoso por su zona comercial y su paso de peatones masificado. En realidad hay muchos más cruces de este tipo en la ciudad, pero este es el más conocido por la cantidad de gente que lo utiliza al estar situado justo en la salida de la estación de Shibuya. La mejor zona para verlo desde lo alto es el Starbucks, aunque si se quieren hacer fotos o video hay que andarse con ojo porque está prohibido por la policía, y los camareros se encargan de decírtelo cada dos por tres.

Otro punto de visita habitual de esta zona, y punto de encuentro es la estatua de Hachiko. Ah, que no conoces la historia de Hachiko?? Pues era el perro de Richard Gere que estudiaba en la universidad e hizo una película.... jajajaja, es broma, pero algunos lo entenderán.. La verdadera historia es la de un perro de un profesor de universidad que tras morir su dueño, le estuvo esperando en el mismo lugar durante más de 10 años hasta que el también murió.

Después de dar la vuelta y comer algo rápido en un restaurante de tickets de ramen, nos vamos hacia la Tokyo Tower. Es su 30 aniversario y la han decorado con decenas de muñecos de Doraemon. Esta torre fue durante mucho tiempo repetidor de señales de televisión y radio, pero debido al crecimiento de rascacielos, se la tuvo que "jubilar" para dejar paso a la nueva SkyTree sin rival que le haga sombra a sus más de 600 metros.

Samu, Edu y María suben hasta el observatorio para ver el mar de lucecitas rojas de los edificios de Tokyo por la noche.
A su salida nos volvemos para el barrio a cenar unas pizzas artesanas a 500 yenes cada una. Muy conseguidas para estar hechas por japoneses, aunque les cuesta un poco el salirse del guión cuando les pides una pizza "a medida" que no tienen en la carta, pero que lleva los mismos ingredientes que otras.. Fue curioso ver  cómo una parejita japonesa en la mesa de al lado se comían la pizza con palillos y la mojaban en soja, jajjajja. Seguro que a ellos también les hacemos gracia cuando nos ven comer sushi o ramen, pero nunca se me hubiese ocurrido comerme una pizza así.

Ya en el apartamento, entre sofás, colchones hinchables y futones montamos un tetris para poder encajar todo ocupando hasta parte de la cocina.

Luz fuera.

Buenas noches.

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